Aceleradoras de Startups: cómo saber si son de verdad o humo
- Pilar Paredes

- 29 oct
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 16 nov
Pasa cada día: un emprendedor con una idea, o con un prototipo medio montado, empieza a recibir mensajes tipo “te ayudamos a lanzar tu proyecto”, “te conectamos con inversores”, “te damos formación exclusiva”, “te abrimos puertas en el ecosistema”.
Traducción: paga.
O firma. O entra en un programa financiado que ya está cobrado por otro.
Resultado habitual: mucho discurso, cero ejecución.
No toda la culpa es del emprendedor. El mercado está lleno de supuestas “incubadoras” y “aceleradoras” que en realidad son una mezcla de curso genérico, coworking con logo y foto institucional.
Casi ninguna entra al barro real: producto, validación de cliente, ventas, unit economics.
Y luego están las aceleradoras serias. Las que miden su trabajo no en powerpoints sino en pilotos firmados, primeras ventas y founders que salen sabiendo defender una ronda con datos. Redes y hubs que conectan startups con empresas, con instituciones y con inversores para que haya impacto económico y social tangible, no solo inspiración.
Este artículo es una guía práctica para ti, emprendedor/a (y también para cualquier administración o corporación que dice que quiere “impulsar talento local”):¿Qué hace una aceleradora de verdad?¿Y cómo detectas en 5 minutos que te están vendiendo humo?
Vamos por partes.
1. Selección exigente (si aceptan a todo el mundo, mala señal)
Una aceleradora real no presume de “hemos acelerado 200 proyectos”.Una aceleradora real presume de “tenemos 10 equipos que están vendiendo”.
¿Por qué importa esto?
Si aceptan a cualquiera, el programa no se enfoca y nadie recibe acompañamiento serio.
Si filtran bien, puedes tener mentoría profunda, red de contactos útil y seguimiento constante.
Esto además es importante políticamente: así es como se justifica inversión pública y privada de forma responsable. No es repartir subvenciones indiscriminadas. Es apostar por equipos que pueden generar empleo real en pocos meses.
Pregunta directa que debes hacerles:¿Cuántos proyectos entran por cohorte y cuántos mentores senior hay activos cada semana?(Si la respuesta es vaga, márcalo en rojo).
2. Roadmap operativo de 10-12 semanas (no “formación” genérica)
Una aceleradora válida no es “te damos formación”. Es “vamos a trabajar juntos cada semana con una meta concreta”.
Ejemplo de cronograma sano:
Semana 1: diagnóstico de tu modelo de negocio, riesgos y objetivos.
Semana 2: mínimo 10 conversaciones reales con clientes potenciales (clientes reales, no amigos).
Semana 4: prototipo clicable o demo funcional delante de alguien que podría pagar.
Semana 6: MVP en manos de usuarios reales + feedback cuantificable.
Semana 10: números básicos claros (cuánto te cuesta captar, cuánto ganas por cliente, cuánto puedes escalar).
Semana 12: un plan de los próximos 90 días con pipeline comercial real y una narrativa de inversión defendible.
Eso es acelerar: pasar de hipótesis a contacto comercial o primera venta en cuestión de semanas, no años. Este tipo de estructura basada en hitos medibles es lo que diferencia a las aceleradoras que generan valor económico de las que solo generan presentaciones bonitas.
Pregunta directa que debes hacerles:¿Me puedes enseñar el calendario semana a semana de la última edición? Completo. Con entregables.
Si no hay calendario claro, no es aceleradora. Es un curso con branding.
3. Mentoría senior que entra a quirófano contigo (no charlas motivacionales)
Éste es el punto más crítico.
Las aceleradoras que funcionan no solo “forman”. Hacen cirugía en vivo contigo:
Ajustan tu pricing.
Afinan tu pitch comercial para que suene adulto, no naïf.
Te ayudan a limpiar tu funnel, quitar lo que no aporta caja y centrarte en las dos acciones que sí traen clientes.
Te preparan para sentarte delante de un inversor y que no te desmonten en la primera pregunta.
Eso requiere mentores que ya han lanzado producto, ya han vendido, ya han levantado capital o ya han negociado con una administración.No “profes de emprendimiento generalista”.
La evidencia es clara: cuando un emprendedor trabaja así, desarrolla mucho más rápido su capacidad de leer el mercado, absorber conocimiento externo, integrarlo en su modelo y pivotar con criterio. Eso acelera la madurez del fundador y la supervivencia del proyecto.
Pregunta directa que debes hacerles:¿Quién se sienta conmigo cada semana a revisar mis números, mi pitch y mi pipeline? Nombres y trayectoria, no solo “equipo mentor”.
Si no te dan nombres ni experiencia práctica es humo.
4. Acceso real a mercado e instituciones, no solo “contactos”
Una aceleradora seria no te encierra en un aula.Te abre puertas.
Hablamos de ponerte delante de:
empresas que podrían pagar por tu solución;
administraciones que podrían pilotar tu propuesta;
inversores que conocen tu vertical y no te van a marear tres meses para nada.
Las redes y hubs que funcionan de verdad se estructuran como puentes entre emprendedores, corporaciones, capital y sector público, con la idea explícita de generar impacto económico y social tangible en el territorio (empleo, modernización, atracción de inversión), no solo inspirar.
Pregunta directa que debes hacerles:¿Cuántos acuerdos piloto o primeras ventas salieron de la última cohorte? Dame un número.
Si no hay número es humo.
5. KPIs públicos y auditables
Aquí es donde se pilla a los farsantes.
Una aceleradora honesta debería poder publicar métricas de la última cohorte como:
% de Startups que salieron con un MVP que alguien estaba usando de verdad.
% que cerraron un piloto / primera venta.
% que están en conversaciones serias de financiación a 3-6 meses vista.
Satisfacción real de los fundadores (NPS alto, y no solo “todos salieron súper motivados”).
Si la aceleradora no puede enseñar esto… entonces no es una aceleradora. Es un decorado de innovación pagado.
Pregunta directa que debes hacerles: Enséñame vuestras métricas de resultado.
Si cambian de tema, ya sabes.
6. Seguimiento post-programa (los 90 días críticos)
Muchas startups mueren justo después del “Demo Day”, cuando parece que todo va bien pero todavía no hay estructura interna para aguantar.
Una aceleradora seria no te suelta ahí.Hace un acompañamiento operativo posterior de 60-90 días para:
cerrar pilotos que quedaron pendientes,
ayudarte a preparar ronda con datos sólidos,
ayudarte a montar lo básico de operaciones y reporting,
profesionalizar tu discurso frente a cliente grande o administración.
Si no hay seguimiento posterior, lo que había era un evento, no una aceleradora.
Pregunta directa que debes hacerles:¿Qué pasa conmigo después del Demo Day? ¿Me acompañáis en cierre de acuerdos o me dais la mano y adiós?
7. Por qué todo esto importa más allá de “mi startup”
Porque esto no va solo de ti
Cada vez que una aceleradora real consigue que una startup pase de idea a piloto pagado:
se activa empleo cualificado,
se mueven proveedores locales,
se genera facturación nueva,
y se refuerza la reputación tecnológica y de innovación de la región.
Eso es impacto económico real. Eso sí justifica inversión pública y privada.Lo demás es atrezzo.
8. Mi enfoque (y por qué lo digo sin rodeos)
Mi trabajo con fundadores se basa en cuatro reglas:
Nada de relleno. Cada semana tiene un objetivo operativo concreto (validación de cliente, prototipo, pricing, pipeline comercial).
Mentoría que se moja. Nos sentamos, miramos tus números y tomamos decisiones. No te doy “ánimo”, te doy dirección.
Acceso a realidad. Te pongo delante de actores que pueden comprarte, pilotarte o financiarte. No esperas al “día final”.
Preparación seria para inversión. Sales sabiendo explicar tu historia de negocio con datos, sin maquillaje barato.
Mi objetivo no es fabricar emprendedores motivados.Mi objetivo es fabricar empresas viables.
9. Cierre (y aviso para todos)
Decir “impulsamos el talento emprendedor” es fácil. Acelerar una startup de verdad es otra cosa.
La próxima vez que alguien te venda una “aceleradora”, hazle estas cuatro preguntas:
¿Cuál es el calendario operativo semana a semana?
¿Quién se sienta conmigo a revisar pricing, funnel y números?
¿Con qué clientes / corporaciones / administraciones voy a hablar antes de la semana 8?
¿Qué métricas reales logró la última cohorte?
Si no tienen respuesta clara, no es apoyo al emprendimiento. Es marketing con tu tiempo.
Y tu tiempo vale mucho más que eso.
Si eres emprendedor en fase temprana y quieres pasar de “tengo una idea” a “tengo algo que puedo vender y defender ante un inversor”, escríbeme.
Si eres una institución, un hub o una corporación y quieres un programa que genere empleo real, pilotos reales y métricas auditables en 12 semanas, hablemos en serio.
Yo no vendo humo. Yo construyo tracción.







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